Idealizamos, siempre idealizamos.
Idealizamos amores que se pierden en el recuerdo.
Idealizamos miradas, sonrisas, caricias y palabras escondidas entre susurros.
Idealizamos momentos que fueron perfectos y ya no volverán.
Idealizamos los sentimientos que surgieron de nuestras propias mentiras.
Idealizamos a personas que lo fueron todo y ahora no son nada...
Idealizamos, siempre idealizamos.
Idealizamos los gestos, las conversaciones, los segundos eternos.
Idealizamos el vacío y la noche oscura. Siempre idealizamos.
Y vivimos ahogados en su recuerdo tramposo de nuestra propia necesidad.
Engañados y desilusionados por su verdadera cara. Tan distante, tan fría.
Idealizamos lo que nunca tuvimos, lo que perdemos o lo que ansiamos.
Y nada es tan perfecto. Nada es tan imborrable. Nada merece tanta poesía.
Idealizamos, siempre idealizamos. Y nunca merece la pena hacerlo.
Javier Cortés.
